sábado, 4 de julio de 2009

COMUNICACIÓN

Comunicación

"Pero...¿Cómo?, si yo hablo requete bien, todo el día me paso hablando como tarabilla". Pues por eso ¡Extraño!, No. Aunque la comunicación es indispensable en la vida del ser humano, esto no significa que la sepamos utilizar adecuadamente. Tenemos el caso de Demóstenes, quien se propuso vencer sus dificultades al hablar y convertirse en un buen orador. Ahora estamos ante un reto semejante. El proceso de la comunicación se efectúa si tenemos un transmisor, un receptor y un mensaje. Nuestras clases tienen los tres elementos: el instructor, los participantes y el contenido; pero... que pasará si el transmisor distorsionara el mensaje y el receptor captara otra cosa? La respuesta en esta interrogante pone de manifiesto la necesidad de practicar la habilidad de la Comunicación, la cual podemos dividir en Comunicación Verbal y Comunicación No Verbal.

Comunicación verbal:

El estilo.- El buen expositor utiliza una forma sencilla, lógica y clara para expresar una idea. Habla normalmente sin actitudes teatrales exageradas; da el énfasis necesario a las expresiones; físicamente actúa con normalidad; es decir, sin demasiada rigidez en sus movimientos, pero también sin descuidar los mismos; sin demasiados movimientos frente al auditorio y sin inmovilidad tan característica de aquellos expositores que se "siembran" en un solo lugar, o que se "atornillan" en la silla del escritorio.

La voz:

• El volumen: El volumen de la voz debe ser adecuado al tamaño y a las condiciones acústicas del salón. Una buena norma es percatarnos de que aún los participantes más alejados nos escuchen perfectamente y adecuar el volumen a esta importante exigencia.

El Tono: Usar el mismo tono es monótono. Es necesario cambiar de tono adecuándolo al énfasis que se quiera dar a las ideas.

La Velocidad : El instructor debe adecuar la velocidad de su alocución a la facilidad como pronuncie y a la complejidad de la idea.
Es importante combinar una adecuada velocidad con una correcta pronunciación.
Terminología:

• Deben utilizarse términos sencillos al alcance de la comprensión de los participantes.

• Cuando sea necesario introducir términos técnicos, debe dar una explicación clara de su significado, aplicándolos inmediatamente a expresiones relacionadas con la idea.

• Cuando sea posible, deben utilizarse sinónimos, haciendo la correspondiente explicación.

Vicios que se deben evitar:

Titubear: El hacerlo da una sensación de inseguridad.

Evitar las muletillas como "este", "eh", "bien", "mm", "¿verdad?", etc.-

Eliminar palabras innecesarias.

• No emplear expresiones extrañas al auditorio por su academicismo tecnicismo o regionalismo.

Recomendaciones adicionales:

• Hablar con entusiasmo.

• Para evitar la fatiga del auditorio conviene emplear esporádicamente el buen humos y relatar anécdotas ilustrativas e interesantes en relación con el tema.

Naturalmente, todos estos recursos deben ser preparados de antemano por el expositor y ser incluidos en su plan de exposición.

Comunicación no verbal.

Prestancia:

Por prestancia se entiende la actitud física y mental del expositor que influye de manera decisiva en el ambiente de la exposición, la cual puede hacerse fastidiosa o de una gran amenidad. La prestancia se obtiene cuando los siguientes elementos están presentes:

• Preparación suficiente del agua y organización correcta de su presentación condiciones que, una vez satisfechas, harán hablar al instructor con fluidez y seguridad.

• Dirección constante de la mirada hacia el auditorio y temporalmente a una persona.

• Eliminación de movimientos que distraigan al participante tales como: jugar con el gis, con las llaves, rascarse reiteradamente la nariz, etc.

• Mantenerse en Pie con garbo, en una posición que demuestre seguridad y confianza.